Renene Murtesi - Los Horrores de Amsterdam
El señor del Halloween Neerlandés
A mi llegada a Ellos Países Bajos tuve decenas de diferencias culturales.
En primer lugar: el clima. Yo vengo de la parte mexicana más tropical y llegué a los Países Bajos en un momento donde tuvimos inviernosmuy fríos.
Así que me tocó estar encerrado con la familia.
En segundo lugar, la religión. Yo soy ateo, y no me tocó llegar a una ciudad grande, multicultural o
cosmopolita como Ámsterdam. Más bien llegué a una ciudad muy pequeñita (aunque hermosa y
pintoresca) llamada Kampen, en Overijssel. Y por si todo esto fuera poco, llegué a anidar en una familia
muy tradicional y bastante conservadora. De esas donde no se podía hacer nada en los domingos más
que ir a la iglesia y en donde se lee la biblia todos los días y se reza cada vez que alguien se mete algo ala
boca.
De hecho, una navidad incomodé a la familia cuando sugerí que deberíamos ir al cine a ver el final de
Harry Potter. En ese momento se me aleccionó que eso no era posible porque en la biblia te indican muy
claramente que la brujería es un gran pecado y que a los neerlandeses eso no les gustaba.
Afortunadamente después me di cuenta de que este país no era como me lo pintaban y en pleno acto
de rebeldía me puse a celebrar mi cumpleaños de la manera que más me gusta: con una fiesta de
Halloween/Días de los Muertos. ¿Por qué? Porque mi cumpleaños se celebra en esos días, porque desde
muy niño mi abuela y yo armábamos el altar para nuestros muertos y porque mi generación le tocó vivir
de primera mano la inclusión del Halloween. En resumen ¡que son mis raíces, caramba!
Al principio me sentía —además de un rebelde—como un gran embajador introduciendo otra cultura al
“viejo continente” y explicándoles a los neerlandeses la importancia de los Días de los muertos para los
mexicanos... pero para mis queridos amigos y vecinos (y los miembros más tolerantes de mi nueva
familia) simplemente yo celebraba el Halloween.
Por extraño que parezca, fue en los Países Bajos donde me enamoré todavía más de la temporada
otoñal, porque en México (y específicamente en el clima tropical de dónde vengo) no podemos disfrutar
de esos maravillosos paisajes amarillentos, de esos atardeceres violetas o de esas mañanas llenas de
niebla.
Inspirado, comencé a decorar mi casa con motivos otoñales. Todo siempre muy elegante y relacionado
con la naturaleza. Incluso yo mismo hice unas macetas en forma de calabaza y las llenaba de flores
otoñales y luces. Sin embargo, cuando mis invitados llegaban a mi casa a celebrar mi cumpleaños
siempre me decían: —«Que bonita tu decoración de Halloween»—
La verdad es que con el paso de los años mis amigos más cercanos comenzaron a regalarme cosas
relacionadas con el Halloween. Mientras que mis amigos en México —sabiendo de mi amor por los Día
de los Muertos— me mandaban artesanías ¡a veces hasta de contrabando! Y fue así como fui
coleccionado tantas cosas que cuando me mudé a Ámsterdam no tenía espacio donde guardarlas,
aunque tampoco me podía deshacer de ellas porque son las muestras de cariño de mis seres queridos.
Semanas después de la mudanza llegó la crisis del coronavirus. Me quedé sin empleo y por un tiempo
me entretuve haciendo reparaciones en mi casa. Cuando ya no había nada más que hacer me puse a
estudiar la historia de la ciudad con miras a armar un tour.
Sin darme cuenta, llegaron los Días de los muertos 2020. Mis contactos mexicanos en redes sociales
comenzaron a publicar cosas relacionadas con la fiesta y fue así como alguien publicó una foto sobre un
libro muy viejo: ‘Leyendas de Veracruz’. Un libro que siempre llevaré en mi corazón porque gracias a
éste tuve el primer encuentro con mi profesión, el periodismo, cuando con tenía apenas 12 años.
Resulta que entonces, una amiga me prestó ese libro y lo que más me impresionó en el aquel momento
es que todas estas historias sucedían en las calles del centro que yo creía conocer al detalle porque ahí
crecí. Es decir, viví rodeado de fantasmas y no me había enterado.
Lo más curioso es que ese viejo libro no usaba los nombres actuales de la ciudad, sino que tenía los
nombres antiguos de las calles. Así que fui a la biblioteca, conseguí un mapa antiguo de la ciudad y me
puse a “cazar fantasmas” y a redescubrir la ciudad. Incluso tomé fotografías de los lugares y terminé
haciendo una presentación de mi investigación para toda la clase.
Y entonces tuve una revelación: ¿Por qué no repetir la hazaña y descubrir los fantasmas de Ámsterdam y
redescubrir sus calles, sus callejones, sus plazas, edificios y canales? En ese momento y durante dos años
me sumergí en la historia de Ámsterdam y cacé a los fantasmas de la ciudad—bueno, sus historias;
aunque también tuve un par de sucesos “extraños”—.
Durante el tiempo que investigaba, traducía información al español y al inglés y escribía: viví, soné y
respiré terror neerlandés. Es más, ponía música “tenebrosa” de fondo para encontrar la inspiración. Fue
entonces que decidí asumir mi destino —aquel que la gente restregaba en mi cara y el que yo
obstinadamente me negaba a aceptar— y me convertí en el Señor del Halloween.
Para el 2021 decoré mi casa “de cabo a rabo” con diversos temas del Halloween: El recibidor tiene un
estiló GÓTICO. Las escaleras y los pasillos están llenos de BRUJAS. La cocina está dedicada al GORE, es
decir, al terror sangriento. El dormitorio es una fantasía dedicada a ‘El extraño mundo de Jack’
(Nightmare Before Christmas). Mi patio es un homenaje a un lugar mexicano que se llama ‘La isla de las
muñecas’, y está lleno de muñecas deformadas. El jardín está lleno por más de 100 calabazas de todos
los tamaños donde sobresalen 2 esculturas de calabazas humanoides de tamaño real. Sus nombres son
Samhain y Morrigan. Aunque la estrella de este lugar es Crom, una escultura de 3 metros. Eso sí, la sala
de estar —el corazón de la casa— está dedicado exclusivamente a los días de los muertos.
Para el 2022 mi tan anhelado sueño se hizo realidad y al fin publiqué mi antología de historias de terror:
‘Los horrores de Ámsterdam’, disponibles en español y en inglés. Para el 2023 armé los 3 recorridos
turísticos: ‘Amsterdam Horros Tours’ (https://www.amsterdamhorrortours.com/) donde podemos
descubrir los secretos más perturbadores de la ciudad del Amstel.
Pero como encontré muchas más historias, terminé publicando una segunda edición de mi libro ‘Los
horrores de Ámsterdam’, que además de nuevas historias también tiene actualizaciones de las historias
antes publicadas. Además, esta nueva versión del libro representó un gran reto porque estará disponible
también en neerlandés. Por cierto, todos los libros están disponibles en Amazon, tanto en su versión
impresa como en su versión digital.
Hay que ser honestos. Yo le debo mucho al terror y he aprendido tanto del miedo: que es saludable, que
es una nueva rama académica, que es una forma de expresión artística muy variada. Que te puede hacer
compañía cuando estás sólo en casa y el mundo se cae a pedazos, que puede inspirar una carrera y
sobre todo, que puede dar identidad a una persona. Feliz Halloween a todos.
P.D. Si ven un tipo moreno, de baja estatura y de espalda amplia caminando por las calles de Ámsterdam
envuelto en una capa negra y un sombrero de copa... No duden, en saludarme, que yo con mucho gusto
les diré: ¡Boooooh!
Si desean seguirme a continuación les dejos los links:
canal de Youtube
https://youtu.be/70HVyZKgjUo?si=lKTkWoq_az5pRLg-
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